sábado, 1 de agosto de 2009
¿Cuántos kilos de explosivos?
Se ha cumplido recientemente el 50 aniversario de la organización terrorista Euskadi Ta Askatasuna, popularmente conocida como ETA. Y qué mejor manera de festejar tan magno acontecimiento que atribuyéndose más víctimas a una larga lista de asesinados que parece no tener ni límites ni fin. El último atentado, a día de hoy, se ha producido en mi tierra, Mallorca, y se ha llevado a 2 personas que además de ser guardias civiles uno de ellos era un amigo. Y yo me detengo en mitad del camino y me pregunto: ¿Contra que luchan estos asesinos? Tal vez contra el Estado (en el que viven y les incluyo como "ciudadanos"), tal vez contra cuerpos y personas a las que estos energúmenos consideran amenazas, puede que luchen contra todo aquel que no reme en su misma dirección, o puede que sea una suma de todo lo anterior... Pero según va pasando la vida, cada vez estoy más convencido de que tan sólo luchan contra una cosa, un ideal. De ahí mi temor y a la vez mi alivio. Temor sencillamente porque se puede acabar con la vida de las personas, pero jamás con un ideal, ya que éste perdurará por los siglos de los siglos, estén o no entre nosotros aquellos que lo defendemos. Y alivio porque cada vez somos más y más las personas que detestamos y repudiamos este tipo de actos, cada vez somos más las personas que pensamos y gritamos en voz alta sin miedo a las represalias ¡NO A LA VIOLENCIA!, y contra ese elemento ni ETA, ni sus bombas, ni nada ni nadie pueden atentar. Así que yo les pregunto a estos entes ¿cuántos kilos de explosivos, bombas lapa y balas van a necesitar estos cuatro amigos para acabar con la vida de los más de 44 millones de personas que creemos en la paz y detestamos la violencia? ¿Acaso no se dan cuenta de que cada vez que matan callan una boca pero abren mil más? Si utilizamos la estadística y las matemáticas, calculando que con 5 kg de explosivo acaban con dos vidas, necesitarán 110 millones de kg para callarnos a todos. ¿Los tienen? Con cada asesinato que cometen, el cerco que les rodea se va estrechando hasta el punto en que llegará el día en que ni ellos mismos se pondrán de acuerdo y se asfixiarán. Y ese día llegará cuando se den cuenta de que ellos son unos pocos y nosotros infinitamente más.
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